jueves, enero 03, 2008

“Defendiendo la democracia, maestro”

La pelea de los presidentes de Venezuela y de Colombia, Hugo Chávez y Álvaro Uribe Vélez pareciera ser una estrategia fríamente calculada que a la larga sólo terminará perjudicando a ciudadanos del montón que poco o nada nada tienen que ver con los intereses, estrategias y demás argucias que se dan en la política.

Una de las primeras consecuencias de tal tipo de enfrentamientos es la búsqueda de consensos para rodear a los respectivos mandatarios, de manera que todo el mundo dentro de sus respectivas fronteras haga frente común para repeler la supuesta agresión externa. Es así como ya se han oído varias voces en estos días, pidiendo apoyar al presidente Uribe, sin condiciones, porque de lo contrario viene el coco (o más bien el ‘loco’) Chávez y nos vuelve flecos. Me imagino que algo similar estará pasando en Venezuela, respecto a Uribe.

En tales coyunturas queda por lo tanto prohibido (o al menos es muy mal visto) que los críticos del gobierno sigan echando puyas en vez de respaldar al presidente “en estas circunstancias aciagas que vive la Nación”. ¡Ja! Esa es una postura un tanto absurda, en la medida en que estas fricciones no pueden conllevar a un patriotismo ciego que no conduce a nada bueno.

Si de seguir modelos se trata, habría que mirarse en el espejo gringo. Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, el país entero se unió en torno al presidente George W. Bush para repaldarlo en su nueva cruzada, como se le denominó al principio, para liderar la defensa de la democracia. La prensa al unísono calló sus críticas y hasta muchos caricaturistas cayeron en la sensiblería postseptembrina y se dedicaron a hacer apología del gobierno, dejando de lado todos los defectos del cuestionado inquilino de la Casa Blanca.

La ceguera continuó durante varios meses y se extendió al cubrimiento de la invasión de Irak, donde la única verdad posible era la de las fuerzas de ocupación norteamericanas. Todo lo demás que se dijera tenía connotación terrorista.

El precio no podía ser más alto y en los meses recientes (demasiado tarde ya) los medios norteamericanos se han dado golpes de pecho por la forma como se dejaron engatuzar por una mal entendida solidaridad, que nada tiene que ver con el respeto por el país, el apego a las instituciones o el cumplimiento de la ley.

Al contrario, es en tales situaciones cuando el gobernante, aprovechando que todo le está permitido y que tiene un gran saldo a favor en su cuenta personal de simpatías, empieza a girar sin temor a ser cuestionado. Es ahí cuando se aprueban las actas patriotas, los impuestos de guerra y las restricciones a la libertad de expresión, entre otras normas concebidas para darle más poder al estado en detrimento de las libertades individuales y el bienestar del ciudadano. Todo sea por defender la patria. O la democracia, como decía el coronel Alfonso Plazas Vega ad portas del Palacio de Justicia.

Volviendo al tema Uribe vs. Chávez, traigo a colación un comentario que le oí a un alto ex funcionario de la Casa de Nariño, que decía más o menos: “Si Uribe se pone al nivel de Chávez y se van a pelear como dos gamines, Uribe pierde, porque Chávez es más gamín”. ¿Será que sí?

[Nota: Este artículo fue escrito en enero de 2005 pero recobra actualidad gracias a los últimos sucesos que se han presentado entre los presidentes de Colombia y Venezuela.]

4 comentarios:

  1. Hola Vladdo, esperamos un dibujo actualizado.

    o-lu

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  2. Es muy raro que un militar sea diplomático y menos en el caso del coronel Chávez que por su idiosincracia tropical, es espontáneo y sincero; No puede decirse lo mismo de Uribe que tampoco es diplomático y ha demostrado ser un tegua paramilitar.

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  3. oe! VLADO: ¿NO HAY LIBERTAD DE EXPREsion EN SU BLOG?¿PORQUE?...

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  4. Una vez más se prueba, que la historia tras la maquinaria de los estados, es siempre la misma y es una tendencia en la zona (También vi el articulo de Lulla y su similitud con este gobierno) y nosotros seguimos sumidos en la ignorancia de nuestra urbana cotidianidad.

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