El columnista de El Tiempo Alfredo Rangel vuelve a meter las de caminar en su artículo de este domingo, en vísperas de la famosa marcha contra laaa Far.
Sin sonrojarse, dice muy olímpicamente que “ningún demócrata tiene excusa para no marchar”. Se equivoca el columnista, cosa que cada vez es más frecuente con sus análisis.
Salir a esgrimir semejante argumento es tan absurdo que uno no puede creer que el autor de esa frase sea el mismo que antaño gozaba de tanto prestigio por sus observaciones objetivas y creíbles.
Antes de escribir cosas como la citada, el señor Rangel debería darse cuenta de que es precisamente la democracia la que de manera explícita excusa a quienes no vamos a participar en la marcha.
Es gracias a la democracia que uno puede escoger en cuáles manifestaciones quiere participar, o en cuáles no, sin que por ello nadie se convierta en mejor o en peor ciudadano, ni mucho menos en cómplice de la guerrilla. Desafortunadamente son esos señalamientos maniqueístas, como el de Rangel, los que ahondan la división y fomentan la polarización en el país.
Así que sería bueno que a estas alturas del partido, el señor Rangel no viniera a darnos lecciones de derechos humanos ni de democracia a quienes simplemente hemos decidido a conciencia quedarnos en la casa el día que Uribe se dispone a lanzar veladamente su tercer período. O si no puede aguantarse las ganas de echarle cepillo a Uribe, que por lo menos tenga la gallardía de advertir que sus artículos son publicidad política pagada”.
Completamente de acuerdo. Hacer sinónimos 'demócrata' y 'marchante' es otra forma de decir 'quien no está conmigo está contra mí', frase que, acabo de descubrir, fue inaugurada por Jesucristo, pero que creía que sólo usaban personajes de la talla de Hitler.
ResponderBorrarPensándolo bien, no es tan sorprendente el origen religioso de la frase, ya que de ahí salen algunos de los ejemplos más representativos de intolerancia.