“Cada unidad militar tendrá un oficial que recibirá las quejas sobre posibles excesos en FF.MM.”

El anuncio lo hizo el presidente Álvaro Uribe durante la celebración de los 89 años de la Fuerza Aérea.
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Eso dice la noticia que publica la web de El Tiempo. Y algo similar decía el noticiero RCN. Y los colegas periodistas se limitan a transcribir lo que dice Uribe, como si esa propuesta fuera la solución a lo que está pasando, o como si fuera a servir de algo. Al respecto, me asaltan ciertas dudas:

•¿Habrá alguien con dos dedos de frente que crea que esa decisión anunciada por Uribe va a remediar el problema de las ejecuciones extrajudiciales, o de las desapariciones forzadas en que incurren algunos militares o policías?

•¿No sabrá Uribe que en el Ejército a los sapos les va bastante mal?

•¿Ignora el Presidente que el espíritu de cuerpo suele imponerse sobre el espíritu humanitario? Si un soldado no fue capaz de evitar que sus compañeros de armas mataran a su propio hermano para presentarlo como un falso positivo [como lo denunció la revista Semana en días pasados], ¿qué se puede esperar cuando llegue un particular a hacer una denuncia?

•¿Con qué criterio se va a seleccionar al oficial que en cada unidad militar o de policía va a recibir las quejas de violaciones de los derechos humanos?

•¿Qué parámetros van a usar esos oficiales para determinar si hay o no violación de los derechos humanos? Muchas conductas que para los militares pueden ser rutinarias, en la sociedad civil constituyen vejaciones y atropellos que riñen con el respeto a la dignidad e integridad de las personas.

Así que este es otro de esos cuentos efectistas que lanza Uribe, especialista en cortinas de humo, para desviar la atención. Eso no va a servir para nada. Pero lo sorprendente no es que Uribe proponga cosas tan absurdas, sino que los medios las recojan y las divulguen sin cuestionar absolutamente nada.