miércoles, agosto 04, 2010

Uribe: ¿huella o cicatriz?




Cada relevo presidencial marca una etapa en la vida de un país y en el devenir de la sociedad. La salida de Uribe, que, si no hubiera hecho trampa, debió ocurrir hace cuatro años, será lamentada por unos y aplaudida por otros, entre los cuales me cuento. Termina aquí la era del todo vale y los fines obtenidos por cualquier medio; de los insultos presidenciales y las invocaciones a matar bandidos; de las destituciones en caliente y la repartición sabatina de cheques; de la ramplonería y el tráfico de influencias; de los delfines negociantes y las descalificaciones a la prensa; del macartismo tropical y la paranoia judicial.

No se puede hacer en una columna un balance a fondo de estos agitados años en los cuales el país cambió gracias, en parte, a las políticas de Uribe, pero también debido a la dinámica internacional, que unas veces nos trajo prosperidad y en otras ocasiones nos dejó sinsabores. En este mundo globalizado Colombia no es un modelo excepcional de éxitos ni un caso aislado de fracasos.

En lo económico, el presidente Uribe se la jugó por la confianza inversionista, que no fue otra cosa que una radical apertura económica, gracias a la cual la inversión extranjera creció considerablemente durante su presidencia. Uribe también flexibilizó la legislación laboral, con el propósito de generar empleo, pero, al final de cuentas, el desempleo sólo se redujo en un par de puntos, mientras el subempleo creció en un 30%. Uribe entrega, además, un país ubicado entre las cinco naciones con peores índices de desigualdad en el mundo, lo cual deja en entredicho su política de cohesión social.

Con los golpes asestados a la guerrilla, fue en el frente de la seguridad donde el casi ex presidente cosechó sus mayores éxitos, verdad que tiene dos caras pues aunque gracias a la vigilancia en las carreteras hoy se puede salir de las ciudades, cada vez es más peligroso salir de las casas. La inseguridad urbana está disparada en muchas zonas del país, realidad que el saliente gobierno se niega a admitir. Y si a eso sumamos la evidente traquetización que se percibe en varias capitales, reflejada en el aumento del sicariato y los ajustes de cuentas entre los delincuentes, el balance pierde buena parte de su brillo.

Por otra parte, los logros en materia de seguridad resultaron empañados por los cientos de ejecuciones extrajudiciales llevadas a cabo por miembros de las Fuerzas Armadas y por las interceptaciones telefónicas, efectuadas por el DAS contra jueces, magistrados, periodistas y políticos de la oposición.

Así las cosas, celebro la partida de Álvaro Uribe, que se va en medio de luces y sombras y deja en el país una profunda huella. O una fea cicatriz, dependiendo de cómo se le mire. A Juan Manuel Santos prefiero no referirme en este momento, pues eso sería como hablar del guayabo antes de que empiece la fiesta.

7 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo con su escrito. Creo que a veces estamos como en ese cuento donde el rey lucía el mejor traje del mundo y realmente iba desnudo. Solo que aún nosotros no somos ese niño que despertamos para saber que la gloria de la seguridad democrática no lo es todo.

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  2. Finalmente el Mesías se va, y se va traicionado por su Judas, pero lo que más dolor me da es que deja a Colombia con el más alto desempleo, una gran violencia urbana y con más personas que viviendo bajo la línea de pobreza y miseria.

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  3. Para mi, una fea cicatriz y como muchos otros la salida de uribe tambien sera aplaudida por mi, hoy agradezco que por fin salga del poder, y lo agradezco por muchas razones y porque creo que lastimosamente deja un pais lleno de ignorancia. Debo reconocer algo y es que AUV es un exelente orador y por esto millones de Colombianos continuan creyendo en un presidente que has sido peor que muchos dictadores conocidos por la historia mundial!!!

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  4. Qué pasa, nos aguamos por escrito?... falta fuerza y recordar cada una de las cochinadas hechas por este cabro... que más que una cicatriz, resulto ser una ETS sin control, que además deja dos posibles caldos de cultivo (a los que él suele llamar hijos) listos para la carrera en menos de 12 años...

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  5. Buenas.
    el balance es grisaceo tirando a negro en todas las connotaciones; se puede deducir tambn q definitiva/ la politica de la guerra(si es q es una politica) no es la solucion al arraigado problema colombiano.
    Gracais por la imagen vladdo.

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  6. Los colombianos sin darse cuenta regalaron su libertad por un poco de seguridad. Y ese poco de seguridad resultò ser un engaño solo basta mirar los indices de violencia e inseguridad urbana.
    Cabe recordar aqui a Benjamin Franklin "Quienes son capaces de renunciar a la libertad esencial a cambio de una pequeña seguridad transitoria, no son merecedores ni de la libertad ni de la seguridad."

    O tambièn...Como a la mayoria de los colombianos les gusta unicamente el dinero pues las cuestiones èticas las dejan en el basurero se les puede aplicar esta otra...
    "De aquel que opina que el dinero puede hacerlo todo, cabe sospechar con fundamento que será capaz de hacer cualquier cosa por dinero."

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