domingo, diciembre 04, 2011

La muerte de Sócrates, la estrella de Brasil


Al enterarme de la muerte de Sócrates, el inoldiable mediocampista brasileño, recordé este texto, escrito en su honor por el gran Jairo Aníbal Niño.

Llegó al aula un 15 de mayo –día de lluvia-. Llegó y
nos miró a todos dulcemente. Soy la nueva profesora
de filosofía, nos dijo. Sonrió y entonces fue como
si las gotas de lluvia que sobrevivían sobre su
impermeable amarillo se hubieran convertido en
pensamientos.
A todos nos pareció que era muy joven para ser
profesora –y demasiado, para ser profesora de
filosofía-. Empecé a pensar en ella por las tardes
justo en el momento en que en la radio acababa un
programa de deportes y empezaba otro de
canciones.
De manera sorpresiva ella estuvo presente en el
partido final del intercolegial de fútbol. En esa
ocasión estuve inspirado en el medio campo e hice
uno de los goles que nos dieron el triunfo.
Ella nos entregó la copa de campeones. Jamás
olvidaré a mi profesora de filosofía. El día del examen
final, al presentarle mi trabajo, me dijo que me
parecía a Sócrates. Me llené de orgullo y creo que
los ojos se me llenaron de lágrimas. Caminé hacia
mi pupitre como si lo hiciera por el aire, en palomita.
Era el mejor elogio que había recibido en mi vida.
Yo, parecido a Sócrates, el gran jugador de
fútbol del Corintias, Sócrates B. S. de Souza Vieira
de Oliveira, el inolvidable mediocampista de la
Selección Brasil.

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