jueves, febrero 07, 2008

Fiebre blanca y fiebre amarilla

Todavía quedan algunas cosas por decir sobre la multitudinaria marcha del pasado lunes, empezando por la naturaleza misma de la convocatoria. Toca empezar aclarando que esa jornada no tuvo el éxito que vimos gracias a Facebook.

Como usuario consumado de Internet, sé que en la red hay muchas propuestas y se dicen muchas cosas a favor y en contra de muchas causas. Lo que hizo la diferencia esta vez fue que muchos otros sectores del país se sumaron a la propuesta, porque la vieron como una buena forma de capitalizar el repudio que los colombianos sentimos por las FARC. Pero de ahí a decir que esa masiva concurrencia blanca a las calles de las ciudades se debió al papel de Internet hay un gran trecho. Así como en esta ocasión la idea salió de Facebook, también hubiera podido surgir en un coctel o en un asado en una finca sabanera.

Lo clave no fue el uso de las nuevas tecnologías, sino la iniciativa en sí: una forma de desahogar pacíficamente el odio contra las FARC. El mismo odio que ha elegido dos veces a Álvaro Uribe. Y el mismo que llevó a las emisoras de radio, canales de televisión, periódicos y revistas a dedicarse con un empeño sin precedentes a la causa del 4-F; proceso en el cual quedó claro que la crispación que producen las FARC es un tema que conquista lectores y capta audiencia. (Lástima que ese fenómeno nunca se vea con las víctimas de las AUC y sus masacres y desaparecidos; ni con los desplazados; ni con los perjudicados por los falsos positivos).

La manifestación del lunes ni hubiera llegado al millón de voces al que aspiraban quienes la convocaron en Facebook de no haber sido por el involucramiento masivo, persistente y en no pocos casos manipulador de los medios tradicionales. Fue tal la atmósfera creada en los días previos al 4-F que muchos participaron no por quedar en paz con su conciencia, sino por quedar bien con los demás, como lo demostraron, por ejemplo, los dirigentes del Polo.

A la legua se notaba que no querían salir a la calle, pero sus cálculos electoreros no les permiteron darse el lujo de ausentarse, por temor a que los alinearan con las FARC. En lugar de eso salieron, pero sin figurar, e hicieron presencia, pero sin mostrarse; justificando esa babosa actitud con un comunicado largo, pero simplón.

Mejor se hubieran dado la pela tomando distancia de una manifestación con la que no comulgaban. Con esa tibieza las cabezas del Polo no sólo hicieron el ridículo, sino que despistaron a muchos militantes rasos, que en circunstancias como éstas es cuando más necesitan que sus líderes tiren línea. Pero eso es pedirle demasiado a Carlos Gaviria, quien después de haber obtenido más de dos millones de votos no ha sido capaz de asumir el papel que sus electores le otorgaron como jefe legítimo de la oposición.

¡Y ahora que no me vengan con el cuentico de que me volví uribista!

5 comentarios:

  1. Vladdo, comparto con usted un comentario sobre otro tema:

    Los colombianos por luchar contra el diablo (Farc) le hemos vendido el alma al "patas" (o al "paras": Uribe). Un mal por otro. Al final nos llevará el mismísimo al fondo de los ubérrimos. NO AL MAL MENOR.

    María T Giraldo

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  2. De tanto escuchar desde pequeño que la Virgen María es virgen, termina uno creyendo que en realidad la Virgen María era virgen. Ahora falta que digan que Uribe también es virgen.

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  3. Con los anuncios recientes me convenzo que nosotros tambièn tenemos nuestro Paraco Brama en las próximas elecciones

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  4. ¿Vladdo, y tampoco le jalará a la marcha del 6 de marzo? En la marcha del 4F el riesgo era ser idiota útil de uribe, en la del 6M el riesgo es ser idiota útil de anncol... ¿pero entonces? Con lo que dijo Jose Obdulio, me puso a marchar, una marcha a la que se opone ese personaje tiene que tener algo bueno.

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  5. (Esta es la primera vez que entro a su blog y por eso hago comentarios sobre entradas viejas)

    Estoy de acuerdo con usted en que hicieron el ridículo al no definirse en una posición y defenderla. Había un sector que no apoyaba esa marcha por los motivos que se fueron demostrando desde pocos días después de esta y el Polo tenía (como partido de oposición) que representar a estas personas.

    El problema de la indefinición del Polo se debió a la inmensa presión de los medios de comunicación que apoyaban la marcha que hicieron el reduccionismo de "marchar es estar con la patria". Pero unos verdaderos líderes se sobre ponen a eso. Pero también pesó el hecho de que había gente que le jalaba a la marcha y el hecho de imponer el no marchar generaba división al interior de ese partido.

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