miércoles, octubre 01, 2008

Puro cinismo

Puro cinismo el que quedó en evidencia la semana pasada cuando se divulgó la noticia de los cadáveres hallados en Ocaña, que presuntamente pertenecían a guerrilleros muertos en combate con las Fuerzas Armadas, pero que en realidad correspondían a unos jóvenes desaparecidos en Soacha y Bosa, al sur de Bogotá; denuncia que se conocía al mismo tiempo que el doctor Álvaro Uribe Vélez pregonaba en Estados Unidos y en El Salvador las bondades de la seguridad democrática.

Puro cinismo porque en febrero de 2006, poco antes de terminar su misión como Director de la Oficina en Colombia del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Michael Frühling alertó sobre el problema de las ejecuciones extrajudiciales en Colombia, pero nadie le hizo caso. En una entrevista con Un Pasquín decía este diplomático sueco: “Sabemos que las autoridades conocen ejemplos de violaciones graves –como ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas–, pero de eso no se habla clara y tranquilamente como se debe, no aparecen en las estadísticas oficiales”. Ahora, con cientos de cadáveres hallados a lo largo y ancho de la geografía nacional, sus palabras recuperan vigencia dolorosamente, mientras los responsables de evitar que eso ocurriera se muestran sorprendidos.

Michael Frühling, ex Director de la Oficina en Colombia del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.

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Puro cinismo el que han destilado el ministro de Defensa y los generales del alto mando rasgándose las vestiduras, anunciando investigaciones exhaustivas y derramando lágrimas de cocodrilo, sabiendo que en realidad no han hecho nada para proteger los derechos humanos en este país; porque en el afán de mostrar resultados en la lucha contra LAFAR todo vale, y dentro de esa lógica esos jóvenes desaparecidos y asesinados son apenas otras víctimas colaterales. Como quien dice “gajes de la seguridad democrática”. O como decía el mariscal Goering (también especialista en temas de seguridad): “Donde se pule madera se produce viruta”.

Puro cinismo el del Presidente al salir muy compungido a acompañar a la mamá de Luis Santiago, el niño brutalmente asesinado en Chía. Aunque me parece muy bien que como primera autoridad del país se haga presente donde ocurren tragedias tan absurdas, me pregunto por qué no ha hecho lo mismo con las madres de los muchachos desaparecidos no sólo en Soacha, sino también en Toluviejo, en el Eje Cafetero o en Medellín... ¿Por qué no ha tenido un mínimo gesto de solidaridad con las decenas de familias que hoy lloran la ausencia de esos jóvenes asesinados en estado de indefensión, al parecer con participación de miembros de las Fuerzas Armadas?

Puro cinismo el de esos noticieros que, llevando el amarillismo al extremo, le dedican interminables minutos a la tragedia de Chía, con transmisión de desmayos en directo, sollozos en vivo, música fúnebre y presentadoras de luto riguroso, pero que prefieren hacerse los locos al cubrir estos nuevos casos de falsos positivos. Cinismo comparable con el de otros medios que se consternan con la masacre de diez estudiantes en una escuela de Finlandia, pero que minimizan los cientos de crímenes de lesa humanidad cometidos en nuestro propio suelo.

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Lea la entrevista completa de Michael Frühling en:
http://www.unpasquin.com/fruhling-ed-03.html

2 comentarios:

  1. Su erudita opinión es la más acertada porque, después de ver toda esa gestualidad en las presentadoras de los noticieros se sigue argumentando que en este país se vive como los índices narrativos de las novelas colombianas sobreactuados a todo tiro y siempre perduran los héroes que en este caso son el Gobierno y los altos Funcionarios. Dentro de mi post sobre este tema anuncia un anónimo que no poseo de argumentos para opinar sobre el tema porque según el debería lanzar y mi argumento desde un medio de comunicación ah si lo quiere leer es www.elperiodistainside.blogspot.com Buen post.

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  2. A proposito, ya ese tema de los "desaparecidos" desaparecio del mapa de la informacion Colombia, ya nadie habla de eso, todos, incluido el presidente, la enfilaron a la terrible muerte del bb Luis Santiago y, creo, utilizaron ese hecho tan aberrante como un distractor y, es tan aberrante la manera como murio Luis Santiago como la indiferencia que se percibe ante la muerte de casi cincuenta colombianos, o mas, sin explicacion y con la mas alta posiblidad de que hayan sido "falsos positivos" de las FF.MM, pero hasta para asumir el dolor de muertes injustas, el Gobierno y los medios son selectivos.

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