“¡Eureka! Descubrimos víctimas”

Sorprende oír hablar al presidente de la República acerca de la reparación a las víctimas de los paramilitares. Y digo que sorprende porque después de casi cinco años de negociación, conversaciones y supuestas desmovilizaciones, sólo hasta ahora el doctor Uribe cayó en cuenta de que los ex integrantes de las AUC no han hecho nada por sus víctimas, y de que éstas merecían algo de atención en este supuesto proceso de paz.

“La idea es meter el acelerador a la reparación a las víctimas con esos bienes que aún se encuentran en poder de los ilegales. Hasta ahora la entrega ha sido vergonzosa”, dijo el Mandatario en Montería, justo en vísperas del debate sobre el tema de reparación, realizado en la Comisión Primera del Senado, el martes pasado.

La sesión parlamentaria resultó de gran interés, gracias a las intervenciones de los citantes, los senadores Gina Parody, Armando Benedetti y Gustavo Petro, y pese a la ausencia de dos altos funcionarios del Estado citados a la discusión, pero que nunca aparecieron: el Fiscal General, Mario Iguarán, y el Defensor del Pueblo, Vólmar Pérez.

Supuestamente el doctor Iguarán tenía cosas más importantes en su agenda, mientras que el doctor Pérez tuvo que viajar a Ecuador a tramitar la repatriación de los dos colombianos linchados e incinerados vivos en ese país la semana pasada. Aunque es una lástima que estos dos personajes tan estrechamente ligados al tema hubieran respondido de esa manera a una convocatoria tan importante, también puede ser en parte reflejo de la poca importancia que para muchos colombianos tiene el tema de las víctimas de los paramilitares.

De hecho, tal como se dijo en el mencionado debate, y de lo cual todos los colombianos hemos sido testigos, hasta ahora el mismo Gobierno se ha preocupado más por resolver la situación de los victimarios que por responderles a las víctimas. Un botón de muestra lo constituye el caso omiso del Gobierno a las reiteradas sentencias de la Corte Constitucional que le exigen prestar atención a millones de desplazados que no sólo han sido expulsados de sus parcelas por los criminales de la guerra, sino que además han sido abandonados a su propia suerte por ese Estado que debería protegerlos.

Las intervenciones de Benedetti, Parody y Petro en el Congreso fueron más que elocuentes y en más de una ocasión arrancaron los aplausos de las barras, en buena parte conformadas por familiares de colombianos asesinados o desaparecidos por los señores de las AUC, que llenos de emoción parecían ver finalmente una luz al final de ese túnel de dolor que han padecido durante años y años.

Pueda ser que esta tardía rasgada de vestiduras del doctor Uribe se convierta en algo concreto, pues a estas alturas del partido muchos bienes de los privilegiados señores de Itagüí ya habrán pasado de mano en mano, gracias al testaferrato. Lo ideal sería traducir esas buenas intenciones en medidas reales que por lo menos les indiquen a las víctimas que finalmente no van a seguir solas.